Uno de los temas que más llama mi atención al conversar con otra gente sobre sus finanzas personales es esa percepción generalizada de que solamente los adinerados pueden y/o deben establecer un plan financiero para administrar su dinero. Por algún motivo, las personas que no tienen capacidad de ahorro, que tienen deudas o que se encuentran en una situación financiera delicada, piensan que un plan financiero no es adecuado para ellos pues no cuentan con un patrimonio que administrar. Eso es falso.
Y es que para muchos, existe confusión entre plan financiero y estrategia de inversiones. El plan financiero es una radiografía completa de las finanzas de una persona (o familia) e incluye todos los aspectos relevantes, como deudas, activos, inversiones, etc. Es por este motivo que, independientemente de la posición financiera actual, el plan financiero le sirve a todos por igual.
Un plan financiero es tan útil para una persona rica como para una persona con patrimonio negativo (sin ahorros y hasta con deudas). Eso sí, dependiendo de la situación de cada uno de ellos, el plan tendrá ciertas particularidades y apuntará a enfrentarlas. La persona adinerada quizá quiera incrementar y proteger su patrimonio, mientras que una persona endeudada apuntará a salir de dicha deuda y encaminarse hacia una situación financiera saludable. Ambos, sin embargo, quieren saber hacia dónde deben apuntar sus decisiones y establecen el plan a modo de hoja de ruta.
Uno de los errores típicos es pensar que, si nos encontramos en una situación complicada, tenemos que esperar a salir de ella para poder poner en marcha un plan financiero. Eso es un mito y puedo dar testimonio de ello contando mi propia experiencia con el tema.
Yo empecé a interesarme en el tema mientras estaba en una crisis financiera que parecía no tener final. Cada día me endeudaba más y veía más lejos mi situación soñada. En ese punto crítico, decidí poner en marcha mi propio plan financiero. Puse en blanco y negro mi situación actual, definí mis objetivos financieros y diseñé las estrategias para alcanzarlos. Desde ese momento empezó mi camino hacia la independencia financiera y hoy día, tres años después de haber empezado, he logrado grandes avances.
Continuará…
Excelente, Eduardo, como siempre. Es muy positivo para todos los que leemos recomendaciones como esta, saber que quien nos está educando ha pasado por la experiencia y, por lo tanto, es una voz autorizada. No hay nada peor que pontificar sobre algo que uno desconoce, que es además un punto que te resta credibilidad. Quedo en espera del próximo capítulo.
Muchos éxitos.
Durante mucho tiempo, mientras realizaba las labores rutinarias previas a llevar a mi hija al colegio, mi mente empezaba a divagar pensando en ideas para lograr mi independencia financiera. Se me ocurrían muchas. Tantas, que nada más en el último semestre del año 2011, escribí en mi computadora 52 alternativas diferentes. Luego, las postearé aquí.
Sin embargo, pasaba el tiempo y no iniciaba ninguna de mis ideas. Postergaba y postergaba. Hasta que se me ocurrió mi plan de 27 pasos para transformar 1.000 BsF en 1.192.533 BsF.
Ciclo Reinversiones 30%
1 1.000,00 300
2 1.300,00 390
3 1.690,00 507
4 2.197,00 659
5 2.856,10 857
El plan tiene pasos individuales que plantean metas de corto plazo, con resultados tangibles. Por ejemplo; me encuentro en el cuarto paso, que inicié teniendo como capital 2.197 BsF; la meta es reinvertir esa cantidad en operaciones que me den como resultado una utilidad del 30% . Cuando diseñé el plan pensé que esta utilidad la podría lograr con una sola operación; pero no es así. Por diversas razones:
1. No he conformado aun la sociedad mercantil que me otorgue la personalidad jurídica para realizar transacciones de alto nivel. Por ejemplo: para comprar leche de soya directamente a la empaquetadora necesito tener una empresa constituida que deduzca el Impuesto al Valor Agregado.
2. El mercado al que tengo acceso es marginal y por ello, la cantidad que puedo invertir y colocar es reducida. Por ejemplo: sólo he podido adquirir cantidades muy pequeñas de harina de maíz, porque no he logrado insertarme en la cadena de comercialización.
3. Pequeños rango de inversión requieren de mayor cantidad de tiempo para generar la utilidad deseada. Por ejemplo; para poder invertir los 2.197 BsF, tengo que realizar 6 o 7 operaciones distintas.
Ahora bien, tengo mi plan como guía, mis actividades están centradas en lograr una utilidad de 659 BsF que me lleve al siguiente paso; es decir, el conocer la meta me hace imposible desviarme de mi objetivo.
Esa es la herramienta que te recomiendo utilizar: un plan con metas tangibles a corto plazo.
Establecer una meta o un propósito central claro, es el punto de partida hacia el éxito (Brian Tracy).
Así es Edgar… un plan financiero es sumamente importante para poder lograr nuestras metas. Excelentes palabras de Brian Tracy. Te deseamos lo mejor. Éxitos!