Este es el post inaugural de nuestra nueva serie titulada Son Sólo Mitos. En esta serie abordaremos muchos de los mitos y paradigmas financieros que nos limitan en cuanto a nuestra capacidad de tomar el control de nuestra situación financiera. Si tienes algún mito que quisieras ver tratado, mándanos un correo o déjanos un comentario y lo desarrollaremos en una próxima oportunidad.
Si alguna vez usaste la clásica frase “cuando gane más, ahorraré” para justificar tu falta de acción y la postergación del ahorro, no te sientas mal… a más personas de las que piensas les pasa. Y es un fenómeno interesante porque nos auto-convencemos que sí o sí lo haremos cuando mejoren nuestros ingresos, logrando aliviar la ansiedad de no estar ahorrando desde ya.
Si nos decimos esta frase es porque sabemos que deberíamos de estar ahorrando. Sabemos que estamos ganando dinero, que podríamos estar acumulando algún porcentaje del mismo, pero que las circunstancias actuales no nos “permiten” hacerlo. Y eso nos genera sentimientos de culpa que tratamos de callar recitándonos a nuestros mismos la célebre frase que da título a este post.
Como cuando nos juramos empezar a hacer dieta mañana, matricularnos en el gimnasio o dormir más temprano para aprovechar mejor del día, alimentarnos del cuando gane más, ahorraré es prometernos hacer algo algún día con respecto a un tema que sabemos que tenemos que enfrentar cuanto antes. ¿Y quién se perjudica al postergar la acción? Nosotros mismos.
Eventualmente nuestros ingresos reciben ese tan ansiado aumento. Estamos emocionados de ganar más pues, entre otras cosas, podremos empezar a ahorrar y cumpliremos finalmente con nuestra promesa. Pero llega el fin de mes y nos damos cuenta que no hay saldo en la cuenta. Una vez más lo gastamos todo y una vez más empezamos a justificarnos argumentando que el nivel de ingresos actual no alcanza para que ahorremos.
Este escenario se da por muchos motivos, siendo uno de los más usuales que al aumentar nuestros ingresos, aumentan automáticamente nuestros gastos. Es más, es muy probable que el excedente de los primeros meses con el nuevo nivel de ingresos se use para pagar deudas de consumo que venimos arrastrando por vivir más allá de nuestras posibilidades y nos juremos que, al terminar con ellas, ese mismo monto irá al ahorro. Pero al terminar de pagarlas y “liberar” ese monto, seguramente lo usaremos para cubrir algún otro gasto y nos quedaremos sin capacidad de ahorro… una vez más.
Si sientes que esto te pasa y que te auto-saboteas con este tipo de excusa, todavía estás a tiempo para revertirlo. Sin embargo, todo depende de ti y de tu fortaleza. Tienes que tomar la firme decisión que vas a empezar a ahorrar y tienes que comprar la idea. Si no terminas de convencerte de los beneficios del ahorro, no podrás implementarlo como parte de tus hábitos (y mucho menos convertirlo en una actividad recurrente). Tienes que evaluar dónde puedes hacer los recortes para que tu nivel de ingresos ACTUAL te permita generar un saldo y construir ahorros. Si tu ingresos hoy es X, tu estilo de vida debería de costarte X menos el monto que definas para ahorrar todos los meses. Una buena estrategia es hacer del ahorro algo automático y prioritario. Apenas ingrese un abono en tu cuenta, el monto que vas a destinar al ahorro debe de salir de esa cuenta y volverse dinero no disponible. De lo contrario, ese dinero te va a servir “en caso de emergencias” y terminará desapareciendo mes tras mes.
No te mientas. No esperes a ganar más para empezar a ahorrar. Empieza hoy, haz los ajustes que sean necesarios y aprovecha de todas las ventajas que el tiempo ofrece a tu dinero.
¿Y tú? ¿Empezaste a ahorrar o estás esperando que te aumenten el sueldo? ¡Cuéntanos tu historia!
Desde luego es una de las excusas más habituales. Es la manera de justificar el no hacerlo ahora.
En cierta forma te autoesculpas, dejas caer la responsabilidad de no ahorrar a tus circunstancias, cuando en realidad el culpable de no ahorrar eres tu mismo.
Como bien has dicho, depende de ti eliminar esta excusa de tu cabeza. La forma es aplicar la fórmula de pagarte primero. En el momento de recibir los ingresos del mes, hay que sacar la parte destinada al ahorro. Antes de empezar a pagar gastos, ya debe estar retirada de la circulación esta cantidad y llevada a una cuenta de ahorro distinta de la cuenta general, sólo así se consigue ahorrar.
Nosotros durante años hemos tenido una sola cuenta, en la que estaban domiciliados los ingresos y los gastos pero no separábamos nada. Esto cambió en 2010, cuando empecé a tomar el control de mis finanzas. El cambio ha sido tremendo y me siento muy orgullosa de haber adquirido el hábito de pagarme primero.
Un saludo,
Inma.
¡Qué diferencia cuando desarrollas ese hábito! Me alegro que haya empezado a formar parte de tu vida y por supuesto que tienes todos los motivos para sentirte orgullosa por ello… y a medida que empiecen a materializarse tus objetivos sentirás que valió la pena el sacrificio.
Ojalá y todos desarrollen ese tipo de hábitos. Su futuro será mucho mejor cuando lo consigan.
Nuevamente gracias por la visita y por el comentario…
Excelente artículo! y mira que muchas veces nos decimos o pensamos esa frase, de que cuando tengamos más ingresos podremos apartar un poco para poder saldar unas deudas o hacer ese pago de la tarjeta, o liquidar deudas, e incluso hacer un pago para solicitar un crédito departamental, personal, etc.
Sin embargo con la cantidad de ingreso actual que tenemos, podemos destinar incluso el 10% para ahorrar y dejarlo para cuando se presente una necesidad fuerte…
Me platicaba precisamente ayer una amiga que estaba bien endeudada y que no creia al principio, pero a raíz de varios artículos recientes sobre las reparadoras de crédito, se acercó a Deudafin a pedir información y le agradó el programa de negociación, los descuentos que le buscan y sobre todo poder liquidar la deuda sin necesidad de un programa donde tenga que sacrificar lo poco que tiene por contratar otro crédito, etc.
Yo actualmente no me encuentro en deudas !afortunadamente! pero si me llegará a ocurrir una situación similiar igual me acerco para poder solucionarla a través de estos programas de apoyo que están de nuestro lado.
Eduardo, es cierto… existen muchas formas de salir de una situación complicada, pero la mejor de ellas es ese ejercicio que mencionas: ahorrar.
Eso sí, lo primero que debemos tener es voluntad y decisión para hacerlo.
¡Felicitaciones por estar libre de deudas! Y gracias por la visita.