El tema de la frugalidad ha sido materia de discusión en la página y lo hemos tratado en el post Frugal – un estilo de vida con grandes beneficios. Pero no somos los únicos. De hecho es tema de una de las eternas discusiones en el mundo de las finanzas personales. Hay quienes sostienen que la frugalidad aplicada en todos los aspectos de nuestra vida nos permitirá tener finanzas saludables, mientras que otros sostienen que privarnos de prácticamente todo es poco saludable y beneficioso en el largo plazo. Para nosotros, es necesario un balance: vivir bajo ciertos patrones de frugalidad, pero a la vez disfrutar de la vida a plenitud.
Existen varios partidarios de la frugalidad. Es más, existe mucha gente que declara vivir en “frugalidad extrema”. Estas personas son especialistas en identificar todas y cada una de las oportunidades de gastar menos. ¿Por ejemplo? De acuerdo a algunos blogs que apoyan esta filosofía, podemos ser frugales:
- Haciendo – en lugar de comprando – productos como los alimentos para nuestras mascotas o los productos de limpieza que usamos para lavar ropa, platos o el hogar.
- Abasteciendo el carro de gasolina en el momento más frío del día, dado que la gasolina es más densa en ese momento y terminaremos recibiendo más por menos.
- Deshaciéndonos del cable y reemplazándolo con consumo “a pedido” a través de algún proveedor de películas o contenido online.
- Criando pollos para ser nuestro propio proveedor de huevos y la misma carne de ave.
En fin, los ejemplos abundan en el mundo de la frugalidad extrema y hay quienes están realmente comprometidos con este estilo de vida. Muchas veces la motivación va más allá de una necesidad de ahorro y se convierte en un tema de respeto por el
medio ambiente, reducción del impacto ambiental o ejercicio de creatividad.
Por otro lado, en el extremo opuesto, están aquellas personas que apoyan un estilo de vida consumista y que en ningún caso restringirían sus patrones de gasto pues consideran que su esfuerzo debe verse retribuido con la posibilidad de gastar en “cosas” que les genere gusto. Estas personas no piensan en encontrar fuentes de ahorro, sino más bien podrían usar las mismas energías y tiempo en generar fuentes de ingresos adicionales para poder gastar más.
Un ejemplo de una persona que vive bajo esta filosofía es alguien que busca involucrarse en diversas actividades que le permitan tener mayores ingresos. Leyendo sobre el tema he encontrado un caso extremo de una persona que narraba su historia y comentaba que tiene 15 fuentes de ingresos distintas, caso claramente opuesto a los partidarios de la frugalidad extrema, pues esta persona no se centra en reducir el gasto, sino en incrementar el ingreso.
A fin de cuentas, el objetivo de ambos enfoques es el mismo: dejar un saldo a fin de mes que nos permita ahorrar, invertir y aspirar a una situación financiera futura saludable y deseada mientras disfrutamos de la vida. Unos lo consiguen manteniendo sus ingresos y generando la oportunidad de ahorrar gastando menos; otros lo hacen manteniendo sus patrones de gastos y generando la misma oportunidad al obtener mayores ingresos que permitan costear ese estilo de vida y dejar un remanente.
¿Cuál de los enfoques es el correcto? Ninguno. Como siempre, nada en extremo es bueno. Y en este caso, la persona que busca minimizar sus gastos podría no estar viviendo plenamente al privarse de tantas cosas, mientras que la persona que busca
incrementar sus fuentes de ingresos podría estar tan enfocada en ganar más que no tiene suficiente tiempo libre para disfrutar de los beneficios de sus ingresos.
Lograr un balance es una buena estrategia. Podemos actuar de manera frugal (como por ejemplo saliendo a comer una en lugar de tres veces por semana) y, simultáneamente, encontrar fuentes adicionales de ingresos que nos permitan recibir más, pero sin traducirse en sacrificios significativos de tiempo. Al final, cada uno de nosotros sabe lo que le gusta, lo que quiere y lo que está dispuesto a hacer para llevar una vida plena y tener finanzas personales saludables.
¿Y tú? ¿Eres frugal? ¿Tienes más de una fuente de ingresos? ¿Haces un poco de ambos? ¡Cuéntanos tu historia!
Muy buen artículo, definitivamente, a favor de las 2, ¡Claro que es posible! la clave está en la disciplina y el verdadero interés en realizarlo.
Gracias, Brian. Y estamos de acuerdo con eso… como bien dices todo se reduce a que tengamos la predisposición de hacerlo y que pongamos manos a la obra!
Mi papá me contó una vez que mi tatarabuela solía repetir una frase: “Hay que hacer economía cuando tenemos dinero, porque cuando no lo tenemos, la economía se hace sola”
Hola Gino – gracias por compartir. Saludos!