Acceder a un crédito hoy ya no es la odisea que podía ser años atrás. El desarrollo económico del país y el crecimiento en el nivel de ingresos de la población han traído consigo una inundación productos crediticios que ofrecen la posibilidad de adquirir bienes que normalmente no podríamos, como propiedades o carros cero kilómetros. Pero también ha significado un crecimiento explosivo del parque de tarjetas de crédito, uno de los productos más cuestionados en cuanto a oferta crediticia se refiere.
El cuestionamiento no viene por parte de los bancos o las entidades que emiten las tarjetas. Para ellos es una de las fuentes de financiamiento más rentables, pues cobran altas tasas de interés por créditos que comúnmente son usados para sostener un estilo de vida más allá del que podemos. La consecuencia es que ganamos S/.1,000 y gastamos S/.1,500 porque la tarjeta de crédito nos permite hacerlo sin tenerlo que pagar todo a fin de mes. Al final, terminamos sumergidos en un espiral de intereses que cada día se vuelve peor.
Lo bueno, para los bancos, es que los clientes no lo perciben así hasta que ya están hundidos en sus deudas. Antes de eso, la tarjeta de crédito es la solución mágica a todos sus “problemas”: la que les compra el televisor de plasma nuevo, la que les paga las compras del supermercado, la que los invita a comer y la que, muchas veces, les “salva la vida”. Cuando empiezan a investigar por qué sus ingresos no alcanzan para nada y ordenan sus finanzas, se terminan dando cuenta que esa tarjeta, que sigue acumulando más y más deuda cada mes, les cuesta 10% o 15% de sus ingresos solamente en intereses.
Existen varias estrategias para revertir esta situación. Pueden ser drásticas, pero quien está en una situación de desesperación o quien quiera evitar llegar a ella, encontrará la forma de implementarlas. Muchos ya lo hicieron y han logrado reducir sustancialmente la ansiedad que significa sentirse agobiado por las deudas, mejorando sustancialmente sus finanzas personales. Las siguientes son algunas de las acciones típicas para tomar el control de las tarjetas de crédito:
1. Tenemos que elaborar nuestro presupuesto mensual. Dicho presupuesto debería de decirnos cuánto ganamos, cuánto gastamos y de cuánto podemos disponer. Por ejemplo, ganamos S/.1,000 y gastamos S/.500 entre servicios, movilidad, mercado, etc. Tenemos un disponible de S/.500. Ni un centavo más. Tenemos que aprender a vivir con un presupuesto y ceñirnos a él. De lo contrario, vamos a necesitar financiarnos y vamos a seguir acumulando deuda. Una vez asumido el compromiso de hacer este cambio, que no es fácil y que podría encontrar muchos obstáculos en el camino, estaremos listos para tomar las decisiones con relación al uso de tarjetas.
2. Vivir en efectivo (que equivale a dejar las tarjetas de crédito en casa). Muchos estudios han abordado el tema del efecto psicológico de una compra en efectivo (o con la tarjeta de débito, donde vemos el impacto directo en la cuenta) versus la compra a crédito. La primera alternativa nos hace pensar mucho más sobre la compra y su conveniencia. Lo sentimos más directo porque resta a nuestra riqueza de manera inmediata. Por otro lado, es bastante más fácil acumular más gastos de los que podemos asumir en una tarjeta porque normalmente no hacemos seguimiento a cuánto estamos pagando con ella.
3. Una vez que dejamos de acumular deuda en las tarjetas que ya tenemos y donde, seguramente, cargamos algún saldo, debemos hacer una revisión completa de nuestra situación. Un pequeño listado de las deudas que indique el saldo, los pagos mínimos y los intereses que estamos pagando será suficiente para tomar decisiones con relación al pago de las mismas. La estrategia para atacar estos pagos será materia de un próximo artículo.
4. Evaluar la necesidadde las tarjetas. Muchas personas tienen 2, 3, 4 o hasta más plásticos. Peor aún, son muchos los que tienen deudas en todas estas tarjetas y tienen que dedicar parte de su tiempo a pasear por varias entidades financieras pagando sus cuotas mensuales. Una vez superado el punto 3, lo mejor es tratar de mantener solamente lo necesario, que en podría ser solamente una tarjeta de crédito para compras puntuales, podría ser dos tarjetas de diferentes marcas para aprovechar promociones que consideramos importantes o podría ser deshacerse por completo de este tipo de instrumento y vivir de nuestros ahorros al 100%.
Según algunas estadísticas publicadas a nivel local, en Perú existen encima de 6.3 millones de Tarjetas. Lamentablemente, muchos de los tarjeta-habientes no tienen el conocimiento suficiente para usarlas de manera eficiente y termina hundiéndose en las deudas por tomar decisiones equivocadas de compra. Una vez más, la solución es el planeamiento y la decisión de saber qué se puede y qué no se puede comprar. Con esto claro, nosotros tendremos el control de nuestras tarjetas de crédito y estaremos un paso más cerca de la ansiada independencia financiera.