Las relaciones humanas normalmente se construyen sobre una serie de pilares implícitos. Nos acercamos a una persona con la cual no sólo compartimos ciertos principios y creencias, sino que construimos con ella una relación basada en apoyo mutuo, comprensión y confianza. Este último concepto, uno de los pilares fundamentales de esa institución llamada pareja, suele ser el que se viola cuando existe algún tipo de infidelidad. Y la consecuencia de esa infidelidad es casi siempre la misma: la ruptura de la relación y una pérdida de solidez de varios de los pilares que la sostuvieron en el pasado.
Ser infieles en nuestra relación de pareja significa romper alguno de los acuerdos existentes sobre exclusividad. De ahi la importancia de mantenernos fieles en todo sentido. Aquellas personas que logran mantener esa fidelidad en el tiempo tienen mayores probabilidades de seguir juntas y de crear un ambiente familiar ejemplar para sus hijos y descendientes.
Pero aunque las personas mayores nos hablan de épocas en las que éste era el panorama típico y donde los divorcios y separaciones virtualmente no existían, eran mal vistas y motivo de vergüenza, hoy vivimos tiempos muy distintos. De acuerdo a algunos estudios publicados en Estados Unidos, 51% de los matrimonios terminan hoy en divorcio. Es decir, pasamos de un mundo donde las parejas perduraban a uno donde menos de la mitad de las parejas se mantienen juntas.
Los motivos son muchos y varían en cada caso. Sin embargo, algunas encuestas realizadas en la primera potencia del mundo indican que el 80% de los divorcios tienen algún componente financiero importante entre los motivos que causaron la separación. Alarmante, ¿verdad?
Afortunadamente, podemos aprender de estas experiencias. Planificar las finanzas familiares en pareja es una tarea fundamental. Pero más importante aún es sentar las bases de confianza necesarias antes de dar este paso. ¿Cómo? Siendo absolutamente transparentes y honestos en materia de dinero. Siendo fieles financieramente hablando.
Una encuesta del 2005 realizada en EEUU reveló que el 96% de las personas involucradas en una relación reconoce la necesidad de ser absolutamente honestos con su pareja en materia de finanzas. Sin embargo, casi un tercio de los encuestados (29%) respondieron haberle sido infiel, financieramente hablando, a su pareja. Ahora, la infidelidad puede tomar muchas formas: gasto y no le cuento, gasto más de lo que le cuento que gasté, recibo un ingreso extraordinario y no le hablo de él, gano más de lo que le conté que ganaba, compro cosas para los niños y no le digo, tengo un dinero ahorrado del cual nunca le conté, etc. Y aunque no suene tan grave haberle “comprado algo a nuestro hijo sin decirle a nuestra pareja”, el problema de fondo no es esa compra puntual, sino la ruptura en la comunicación y la violación a la confianza de esa otra persona.
La clave está en poner algunas pautas para evitar sorpresas e infidelidades financieras en la relación. Es importante que la pareja discuta abierta y periódicamente las materias finanzas familiares (Dave Ramsey, reconocido especialista en finanzas personales, sugiere hablar de “nuestro dinero” en lugar de “mi dinero”), definir que cualquier compra superior a un determinado monto (previamente acordado) deberá ser conversada y aprobada por ambos antes de realizarse, que los ingresos totales familiares serán administrados de una determinada manera, que se creará un presupuesto específico para satisfacer “gustitos” y que pueda ser usado por cualquiera de los dos en cualquier momento, que la política de ahorro del hogar y los ingresos adicionales o extraordinarios se manejarán de X forma, etc.
Mantener una política de “puertas abiertas” con relación a las finanzas personales en un escenario de pareja permite un mayor involucramiento de ambas partes en la administración del patrimonio familiar y un fortalecimiento de la confianza mutua. Por otro lado, esconder ciertas decisiones financieras de nuestra pareja constituye una falta moral, llamada infidelidad financiera, que fácilmente podría remecer las bases de nuestra relación y afectar toda la estructura de confianza que se ha construido con tanto esfuerzo en el tiempo.
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