El miedo a entrar en acción, el miedo a probar cosas nuevas, el miedo a lo desconocido, el miedo a perder,…, nos mantienen prisioneros en la pobreza. La persona que tiene miedo a emprender sus proyectos es como el navegante que tiene un barco pero nunca se atreve a zarpar del puerto por miedo a las tormentas.
Nunca conocerá lugares nuevos, nunca se sentirá libre, nunca se sentirá realizado, nunca sentirá la alegría de luchar por hacer realidad sus sueños. Los barcos se construyen para navegar a pesar de que están mucho más seguros en el puerto y los hombres han nacido para dar lo mejor de si mismos y para aportar algo de valor a este mundo a pesar de que este sea el camino difícil.
Claro que si se limitan a vivir de forma mediocre sin intentar ser los mejores en aquello que hacen sin pensar por si mismos y sin dedicar nunca un poco de tiempo o arriesgar un poco de capital por una buena causa, por intentar hacer realidad un sueño o poner en marcha un proyecto que les ilusiona con el fin de aportar algo que realmente merezca la pena a este mundo, habrán fracasado.
El dinero solo abunda para aquellos que conocen los métodos para atraerlo. No pienses que atraer grandes sumas de dinero es una empresa inalcanzable para la mayoría de la gente porque no es cierto. Lo métodos para atraer dinero son sencillos, son tan sencillos que hasta un niño podría comprenderlos. Lo complicado es dar los primeros pasos.
No es fácil mantener la ilusión y permanecer motivado en los primeros momentos cuando las cantidades de dinero manejadas son pequeñas; da la impresión de que no se consigue avanzar aunque, como el bambú chino que tarda *cinco años* en desarrollar unas fuertes raíces que le permitan crecer hasta treinta metros de altura en solo cuatro semanas, lo mismo ocurre con el dinero y con nuestras capacidades.
Recuerda que lo más importante no siempre es la parte visible. A simple vista el crecimiento ha sido invisible durante cinco años a pesar de que durante todo ese tiempo la planta ha seguido desarrollándose. El bambú nunca podría haber crecido tanto sin unas muy fuertes raíces.
Nosotros nunca podremos construir nada sólido, nada realmente grande, sin unos fuertes cimientos que son los conocimientos, la experiencia, la paciencia, la honestidad, etc., y esto lleva su tiempo y requiere esfuerzo por nuestra parte. Una vez construida la *base* será más fácil construir algo sólido y realmente grande.
Un considerable numero de personas fracasan en el intento de hacer realidad sus sueños por abandonar la lucha demasiado pronto o *incluso por no empezarla siquiera*. Temen que todo el esfuerzo sea inútil, no confían en su potencial y abandonan al tropezar con los primeros obstáculos.
Renuncian poniendo excusas como la falta de tiempo o de dinero, falta de conocimientos o cualquier otro pretexto. La diferencia entre un ganador y un perdedor en este caso es que el ganador encontrara cien formas de resolver el problema, mientras el perdedor siempre encontrara algún problema para cualquier solución posible.
En el día a día el miedo, bajo alguno de los siguientes disfraces, impide a muchas personas seguir progresando: no se hacerlo, no tengo tiempo, no tengo dinero, no es el momento más adecuado, etc. ¿Has utilizado alguna de estas excusas? Seguro que si. Todos lo hemos hecho en alguna ocasión.
Antes de renunciar a tus proyectos por los problemas que hayan surgido o prevés que puedan surgir piénsalo detenidamente, reflexiona durante unos instantes; intenta buscar alguna solución porque casi siempre hay una alternativa. Si renuncias, las probabilidades de conseguir tus objetivos son nulas, mientras que si lo intentas existe una posibilidad.
Si eres conductor sabrás perfectamente que no es muy difícil conducir o aparcar un vehículo aunque al principio, las primeras semanas o incluso los primeros meses, ninguno de nosotros lo ha hecho a la perfección. La práctica es clave y los conocimientos teóricos, aunque muy importantes, no son los únicos necesarios.
Imagina que a tu profesor de la autoescuela, el primer día de clase, se le hubiera ocurrido decirte que no vales para conducir, basándose en los resultados, ya que has calado el motor en varias ocasiones o porque has tardado en aparcar cinco minutos en un sitio donde cabían perfectamente dos coches.
¿Suena absurdo verdad? Pues bien, los ejemplos que hay a continuación deberían parecerte igual de absurdos:
- no se invertir
- no valgo para administrar mi dinero de forma eficaz
- no valgo para hacer negocios
- soy muy joven para hacer negocios
- ya soy viejo para aprender a ganar dinero
¿No puedes o nunca lo has intentado de verdad? ¿Se te da mal administrar el dinero o nunca pusiste todo el empeño necesario? ¿No sabes invertir? Quizá sea porque nunca has intentado aprender a hacerlo.
No dejes que el miedo sea el freno que te impida alcanzar el éxito; convierte el miedo en entusiasmo y transforma aquellos proyectos que te harían feliz en tu próxima meta.
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Es cierto, lo dificil es empezar, poder incluso juntar un capital para iniciar un negocio. Debemos aprender a ahorrar y luego al contar con un determinado capital decidir en que negocio invertir.
Así es Maria – lo difícil es empezar – pero mas vale tarde que nunca! Saludos!