¿Qué es la diversificación? En el mundo de las finanzas personales, diversificar significa distribuir el patrimonio entre distintos activos. Es una estrategia clave en el proceso de protección del patrimonio, que muchas veces es pasada por alto por los inversionistas.
En realidad, diversificación es un concepto bastante sencillo y directo que podemos aplicar de manera rápida a nuestras finanzas y que podría mejorar nuestras posibilidades de un futuro próspero. Además, es el remedio perfecto ante esa frase célebre que dice: No pongas todos los huevos en la misma canasta.
Al igual que con el Fondo de Emergencia, la diversificación constituye una importante herramienta de previsión y es una de las muchas estrategias que nos permite tener finanzas ordenadas y protegidas. Es una manera de prepararnos ante la remota posibilidad de un evento que podría destruir nuestra situación financiera y nuestro futuro económico.
¿Conoces a alguien que haya tenido una buena situación y lo perdió todo de la noche a la mañana? ¿Alguna vez escuchaste de alguien que tenía su propia empresa y que quedó en la ruina cuando ésta quebró? ¿Alguien que haya invertido todo su capital en las acciones de la empresa X, cuyo precio cayó y nunca se recuperó?
¿Sabes por qué un único evento pudo causar semejante catástrofe? Porque la persona a la que le pasó no había diversificado su riesgo de manera apropiada y tenía buena parte de su sostén financiero (sino todo) en un solo lugar. ¿La consecuencia? La caída del valor de ese activo donde la persona tenía su patrimonio invertido, arrastró a la persona y a sus finanzas al hoyo.
La clave es entender y realmente interiorizar que no existe ninguna inversión que sea completamente segura. Cuando esto queda claro, nuestro mismo instinto de supervivencia nos obliga a buscar distintos destinos para nuestro dinero y así combinar esa necesidad de generar ganancias con la certeza que nuestro patrimonio no está en riesgo de desaparecer.
Ahora, cuando llegamos a la implementación de la diversificación empiezan a aparecer las diferencias personales que hacen única la estrategia de cada quien. Dependiendo de múltiples factores (como nuestro apetito por el riesgo, edad, objetivo del ahorro, horizonte de tiempo del que disponemos para la inversión, conocimiento y comprensión de productos financieros, accesibilidad a alternativas de inversión, entre muchos otros) tenemos que definir la estrategia apropiada para nosotros mismos y empezar a trabajar para conseguirlo.
Yo hice ese análisis y llegué a una política propia que aplico a mis finanzas. Mi política se fundamenta en dos pilares: nunca tener más de 15% de mi patrimonio en un solo activo y tener 70% de mis inversiones en activos considerados riesgosos (acciones, fondos mutuos de renta variable, etc.). De la misma manera, me estoy inclinando cada vez más hacia invertir en índices o fondos mutuos de acciones en lugar de una acción en particular, disipando aún más mi exposición al riesgo. Siguen siendo inversiones riesgosas y agresivas, pero prefiero exponerme a lo que pasa con la industria del oro, por ejemplo, en lugar de asumir el riesgo de una empresa comprando sus acciones y esperando que todo vaya bien con ella.
Mi estrategia está diseñada para satisfacer mis necesidades y preferencias actuales y es consecuencia de un análisis propio. Diversificar me permite dormir tranquilo. Sé que si la empresa X, donde tengo 15% de mi patrimonio invertido, quiebra, yo no me voy a ir al hoyo con ellos (que sí podría pasar si hubiera invertido 70% de mi patrimonio en ella). Ese es el aporte de la diversificación para mí y creo que cualquiera, sin importar el tamaño de su patrimonio, puede beneficiarse de ésta.
Comparte con nosotros tu experiencia. ¿Aplicas algún tipo de diversificación en tus finanzas? ¿Consideras que diversificar te aporta algo?
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