Muchos de nosotros tenemos la sensación que deberíamos de empezar a ahorrar o deberíamos de estar ahorrando más. Sin embargo, nuestros estilos de vida y nuestra resistencia a hacer los ajustes y cambios necesarios para revertir esta situación nos llevan casi siempre a la misma solución: seguir gastando. Al fin y al cabo, si no nos alcanza, para eso está la tarjeta de crédito, ¿no?
No nos gusta hacer ajustes que nos restrinjan aquello a lo que estamos acostumbrados. No queremos hacer cambios estructurales importantes en nuestros patrones de consumo porque significaría cambiar aquello a lo que nos hemos acostumbrado y que valoramos.
Pero podemos hacer algunos cambios, ajustes y correcciones que no afecten las bases de esos gastos ni la satisfacción de nuestras necesidades. A continuación comparto con ustedes algunos tips sobre los cuales los expertos en finanzas personales hablan de manera recurrente:
1. Hacer las compras del supermercado con una lista. Esta es la mejor manera de minimizar las compras por impulso, que según algunos estudios pueden representar hasta un tercio de la cuenta total.
2. Confirmar que el plan que pagamos de celular sea el apropiado. ¿Pagamos por minutos que no consumimos? ¿Tenemos un Blackberry y sólo lo usamos para hablar? ¿Pagamos siempre minutos adicionales más caros? Una simple evaluación de lo que ofrece el plan que hemos contratado y lo que realmente necesitamos podría ayudar a conseguir ahorros.
3. Hacer el mismo ejercicio con el paquete de cable e internet. ¿Necesitamos ese paquete Premium? ¿Lo usamos? ¿Vale la pena pagarlo? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es NO, quizá podríamos estar dando mejor uso a ese dinero.
4. Llevar lonchera a la oficina. Salir a comer todos los días termina significando un gasto bastante elevado.
5. Hacer seguimiento a los gastos recurrentes del día a día. Éstos, que pueden ser tan “insignificantes” como el paquete de galletas que nos comemos a media mañana o el café que tomamos al llegar, terminan sumando cantidades que van más allá de lo razonable. Mucha gente ha descubierto que resulta mucho más barato y cómodo prepararse y tomar el café en su casa, antes de empezar con las labores diarias.
6. Pagar las obligaciones (recibos de servicios, tarjetas de crédito, etc.) a tiempo puede ahorrarnos costosas moras y multas.
7. Revisar el consumo de energía eléctrica. ¿La terma queda prendida 24 horas al día? ¿Dejas alguna luz encendida toda la noche? A veces pueden conseguirse ajustes que terminan significando un ahorro importante.
Evidentemente ninguno de estos tips va a significar ahorros sustanciales ni va a revertir una situación financiera complicada y ajustada. Pero, para poner un ejemplo, si conseguimos disminuir la cuenta del supermercado de S/.100 a S/.80 semanalmente, en un año habremos conseguido ahorrar S/.1,040.
Si hacemos el ejercicio bien y realmente ahorramos este dinero (en lugar de irlo a gastar en otro lado), el tiempo y los intereses que podamos ir acumulando sobre ese fondo podría tener cierta relevancia en nuestro patrimonio futuro.
Todos los tips se enfocan en gastos recurrentes por un motivo esencial. Cualquier ajuste que logremos va a tener un efecto multiplicador e irá construyendo riqueza en el tiempo. ¿Qué mejor que construir esa riqueza para nosotros y mantener en simultáneo satisfechas todas nuestras necesidades?
Y tú, ¿tienes algún consejo para ahorrar?