El verdadero costo de lo “irrelevante”

Finanzas Personales

Finanzas PersonalesTodos los días nos enfrentamos a varias decisiones de compra. ¿Paramos por ese café camino a la oficina? ¿Almorzamos en un restaurante rico y costoso? ¿Otro cafecito después del almuerzo? ¿Es hora de cambiar el televisor por uno nuevo?  ¿Una corbata nueva para la fiesta de este fin de semana? ¿Me tomo un taxi para regresar a casa? Y ya que estoy en la calle, ¿otro cafecito? En fin. Ustedes me entienden…

Ahora, el proceso para tomar la decisión va a ser muy distinto dependiendo de qué estamos comprando. Por ejemplo, si hablamos de una compra pequeña que implica un gasto irrelevante, como ese café camino a la oficina, nos dejaremos llevar más por el impulso que por motivaciones financieras. ¿Y por qué no? Estamos hablando de $1 o $2 como mucho. Sin embargo, si nos enfrentamos a una compra mayor, que  signifique un sacrificio monetario relevante, haremos un análisis exhaustivo de la conveniencia de la misma. Es más, llegaremos al punto de considerar distintas opciones, evaluar si valdría la pena esperar a que salga una oferta que nos permita comprarlo más barato e incluso buscar una excusa para hacernos el regalo (a nosotros mismos) por una ocasión especial.

¿Por qué la diferencia entre una forma de tomar la decisión y la otra? Primero, por un tema de practicidad. Sería un tanto agotador empezar el día pensando si vale la pena parar por ese café camino a la oficina, si es que vale la pena comprarlo en el local X o en el Y, si quizá salga una promoción que nos permita comprarlo a mitad de precio en algún otro momento del día, etc. A fin de cuentas, se trata de un gasto “irrelevante” de máximo $2, ¿cierto?

Aunque lógico, este razonamiento carece una pequeña consideración que podría hacer una gran diferencia: la frecuencia de compra. ¿Se dieron cuenta que en las preguntas del párrafo introductorio compramos un café llegando a la oficina, otro después de almuerzo y uno más camino a casa? Esos “máximo $2” se convirtieron sin darnos cuenta en $6 al día. Y si tomamos prestada la perspectiva que usa mucha gente en Estados Unidos, aplicando valores anuales como referencia, ¡son casi $2,200 anuales en café!

De repente ese inocente cafecito que no consideramos perjudicial para nuestra situación financiera se convierte en una fuga de más de $2,200 anuales. Y todo por mirar las cosas desde una perspectiva distinta…

Cuando empecé mi camino hacia una situación financiera saludable, partí haciendo un seguimiento diario de todos mis gastos durante dos meses, de acuerdo a lo que instruyen los especialistas en la materia. La idea en ese período es apuntar todos y cada uno de los desembolsos realizados, por pequeños que sean. Al hacer el análisis de esos dos meses, lo primero que me llamó la atención fue que esos cafés, que pasaban completamente desapercibidos, acaparaban casi el 20% de mi ingreso mensual. Es decir, trabajaba 4 días de los 20 días útiles del mes para poder mantener mi consumo de café. ¿Irrelevante? ¡Ya no!

Como con muchas otras cosas en finanzas personales, esto no significa que tenía que eliminar mi consumo de café para mejorar mis perspectivas. Pero sí llamaba a la ejecución de algunos cambios. En primer lugar, reduje mi consumo de café en la calle. El de la mañana sigue siendo imperdonable, pero los demás no son necesarios y mucho menos con frecuencia diaria. En segundo lugar, incluí este gasto como una categoría de egreso recurrente en mi presupuesto mensual. Ahora sé que el café es uno de mis gastos y destino un monto mensual para él.

Aunque suene obvio, la relevancia y el impacto de una decisión de compra no está dada por el precio del producto, sino por la combinación precio – frecuencia de compra. En la medida que sepamos cuáles son esos gastos que podrían hacer la diferencia y tengamos el control sobre ellos, caminaremos más rápido hacia nuestros objetivos financieros.

 

¿Y tú, qué gastos “irrelevantes” tienes? ¿Te diste cuenta que algo que pensabas que era inofensivo estaba afectando tus finanzas o sospechas que te está pasando? Cuéntanos tu historia.

 

1 comment

  1. Ciertamente, tenemos muchos pequeños caprichos que sin darnos cuenta, nos pueden consumir y sin saber como ha sucedido.

    Es importante ser conscientes del equilibrio entre Activos y Pasivos, para que no nos “pille el toro”

    Gracias por el Post…

    Jordys

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